IMPORTANCIA DE LOS CICLOS DEL CONOCIMIENTO Y LAS COMPETENCIAS LABORALES
IMPORTANCIA DE LOS CICLOS DEL CONOCIMIENTO Y LAS COMPETENCIAS LABORALES
CICLOS DEL CONOCIMIENTO
El conocimiento es el
principal valor que sirve para conseguir o mantener la competitividad en la
economía global, puesto que es el elemento que marca la diferencia. Por lo
tanto, conocer su ciclo de vida y cómo realizar una gestión correcta es
fundamental, en especial con las nuevas teorías de segunda generación de
gestión del conocimiento.
En primer lugar, queremos
mencionar la importancia de implementar adecuadamente los ciclos del
conocimiento, ya que este elemento es el que proporciona más valor a la
empresa. Cuando se quiere medir la riqueza de una organización, ya no basta con
recurrir a la información financiera, sino que también es importante considerar
su capital intelectual, pues este la hace destacar por encima de sus
competidores. A través de una buena gestión de dicho capital, las empresas
pueden crear una estructura innovadora y eficiente que les permita alcanzar sus
objetivos estratégicos.
Cabe mencionar que, a
diferencia de otros activos, el conocimiento siempre crece con el tiempo. Sin
embargo, para aprovecharlo al máximo, es necesario saber transmitirlo.
Actualmente, la evolución tecnológica, y el surgimiento de herramientas
digitales han permitido crear canales para la difusión del conocimiento de una
forma más veloz y eficiente.
Siendo de esta forma,
que empieza a desarrollarse el ciclo de vida de cualquier conocimiento. Este se
inicia cuando se detecta que hay un problema o falta en los conocimientos para
desarrollar correctamente un proceso organizacional. Es entonces cuando, ante
esta situación, se buscan alternativas que solucionen este conflicto. Las
variantes pueden surgir de la predisposición moldeada por la cultura o del
análisis sistemático.
La finalización del
ciclo de vida de los conocimientos se da cuando se resuelve la falla que
originariamente había generado la situación y se formulan nuevas peticiones. En
la Base del Conocimiento Organizacional Distribuido (BCOD) interactúan los
aprendizajes, peticiones y creencias. Esto significa, por ejemplo, que los
sesgos con que cuentan los seres humanos por socialización o influencia
cultural tendrán influencia, aunque luego puedan ser refutados por el
aprendizaje.
Por lo tanto, es importante destacar que el ciclo de vida de los conocimientos tiene tendencia al infinito porque siempre habrá nuevas situaciones que requieran soluciones. Hay que indicar, no obstante, que estos ciclos se darán siempre en el ámbito de los procesos organizacionales y que las dudas que inician el ciclo no se dan ahí, sino en el procesamiento del conocimiento. Finalmente, su importancia radica en la forma en que se emplee la información adquirida en distintas situaciones para una efectiva gestión del conocimiento, y a su vez como esta misma enriquece los procesos organizacionales, administrativos y operativos de una compañía, y como no de los mismos empleados y su ejecución dentro de la misma.
COMPETENCIAS LABORALES:
Las competencias son
repertorios de comportamientos que algunas personas dominan mejor que otras, lo
que las hace eficaces en una situación determinada (Levy Leboyer, 1997).
Actualmente las
organizaciones tienden a determinar, atendiendo a su entorno y su estrategia
empresarial, cuáles son las competencias que realmente producen un rendimiento
superior, empleando para esto unas u otras técnicas. Es por ello, que
consideran bastante importante la apropiación de estas competencias dependiendo
del perfil del trabajador y su papel a desempeñar dentro de la organización.
Cabe resaltar que al agregar
indicadores de competencias a los indicadores de resultados permite determinar
una media ponderada para obtener un indicador final, asociado a una
retribución/variable de cada empleado, claro está dependiendo de su nivel de
carga laboral y responsabilidades.
De otro lado, el desarrollo
de las competencias es uno de los temas que se encuentra hoy en el «punto de
mira» de muchas organizaciones. En este sentido podemos afirmar que tal interés
está más que justificado, ya que es precisamente el desarrollo la vía para
convertir las competencias requeridas, ya diagnosticadas, en un medio para
proporcionar resultados óptimos para la empresa.
Según Diego Escribano (1999).
Se enfatiza en la importancia de extender el desarrollo de competencias a toda
la organización, lo cual resulta muy significativo para la misma, ya que «la
sumatoria sinérgica de los altos rendimientos deviene ineludiblemente en una
ventaja competitiva». Agrega además que cuanto más complejos sean los espacios
organizativos, mayor será la incidencia de las competencias en los resultados
que se obtengan.
Respecto a cómo establecer
competencias, existen una serie de modalidades de desarrollo que las organizaciones,
en función de implementar una serie de programas con estos fines, pueden
utilizar, bien de manera exclusiva o bien de manera combinada.
El coaching.
Proceso de mejora guiado, estructurado y con un seguimiento continuo que acerca
al participante a los requisitos óptimos de desempeño, preestablecidos para su
función actual dentro de la organización. Un plan de acción individual y su
seguimiento otorgan sentido al coaching.
Dentro de las modalidades
de coaching pueden citarse tres como las más comunes:
individual, grupal y mixto.
La individual, o coaching
clásico, está diseñada para dar respuesta a las necesidades de desarrollo de
una persona. La grupal contempla el diseño de un programa de coaching para
desarrollar factores de desempeño en un colectivo homogéneo, mediante la
realización de actividades en grupos.
La mixta incluye un programa de
coaching, diseñado para desarrollar factores de desempeño en un colectivo
homogéneo, conjugando actividades de grupo y sesiones individuales de
seguimiento incluidas en el propio plan de acción.
Particularmente este modelo de
medición de competencias pudiera tener sus ventajas, cuando al referirse a este
procedimiento plantean que en el mismo se mezclan dos realidades distintas: los
objetivos y las competencias, lo que puede producir percepciones de falta de
justicia comparativa, las cuales resultan muy negativas para la motivación y el
rendimiento de los empleados, llegando a socavar su capacidad creativa e
innovadora.
En este sentido,
se considera que el desarrollo de las competencias y la gestión de las
trayectorias profesionales no son más que una misma actividad, en la medida en
que las decisiones de mover a una persona de un puesto a otro, además de estar
en función de las capacidades del individuo y de la necesidad existente de
cumplir con nuevas funciones, también lo está en función de desarrollar competencias
útiles. Esto permite a cada individuo controlar la adquisición de las mismas y
lograr a su vez la manera de alcanzar confianza en sí mismo, como consecuencia
de la experiencia directa emanada de la puesta en práctica de las competencias.
Completando esta idea, agrega que las competencias no pueden pasar por la
creación de planes generales de formación, puesto que «es la «movilidad» en la
carrera profesional la que aporta ocasiones de desarrollo individual y procura
ocasiones de aprender.
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